Feliz miércoles y bienvenidos otra semana a esta newsletter que recibís, los que seáis de la metrópolis y aledaños, con las elecciones municipales y autonómicas calentitas y el anuncio de generales para julio, todo esto habiéndoos dejado el recto más o menos torcido, según las tendencias políticas de cada cual.

A mi me pilláis con las nóminas calentitas acabadas de generar, hacienda recordándome el vencimiento del aplazamiento del IVA y la cuenta corriente confirmándome que de pobre todavía no me ha sacado ninguno de mis experimentos con gaseosa.

Así que hoy vamos a hablar de recoger cable, deshacerse del ruido, ganar pasta y bueno, sí, también algo de la IA.

Empezamos.

🤝 Sell-out

Uno de mis sustantivos preferidos es vendido. No el participio del verbo vender. El sustantivo. Ser un vendido. Aquel que se traiciona a si mismo o a los suyos por el lucro.

Yo he decidido que lo que toca ahora es ser un vendido. Y a ver, que traicionar, traiciono bien poco, porque estamos hablando de trabajo, y en el trabajo, principios, los justos.

Pero que lo de ir de indie maker y de crear proyectos y llevar empresas está muy bien. Pero está mejor si te da dinero. Y está peor si, como en mi caso, pasas la mano por la pared sin haber tocado ni el 30% de un salario de mercado en los últimos cinco años.

Así que la primera decisión ha sido la de deshacerse de ruido. Olvidarme de llevar empresas como deporte. Volver a ydevs fue una decisión emocional, no racional, y no ha cuajado. Pese a que me exige escaso tiempo material, me genera una enorme carga mental que se empeña en consumirme. Así que me bajo del juego del ser un empresaurio de cartón piedra al que no le da ni para cobrar lo que el que menos de sus empleados.

Hago ¡chas! y me convierto en consultor externo para asistir en las cuestiones técnicas que vayan surgiendo.

Primera pata de la venta ejecutada. Aún que en esta no gane dinero.

Por el otro lado está el indie making. Aquí de nuevo, pragmatismo. Hay proyectos que motivan, que apetecen. Que invitan a meterle horas. Otros no tanto, por ejemplo courses.so, que yace abandonado tristemente pese a tener un enorme potencial de crecimiento.

Ya he comentado en varias ocasiones los motivos, así que no me explayo, pero en resumen, un proyecto fundado por dos personas ambas técnicas, vagas como puentes y dispersas como pedos al aire de poniente, está condenado al fracaso. Sabemos lo que hay que hacer, tenemos las herramientas y las habilidades, pero no lo haremos nunca.

Así que lo he puesto a la venta.

Por ahora tenemos unos cuantos mostrando interés:

Como aquí la cosa está en agilizar, les he escrito a todos el mismo mensaje. Que obviamente no he escrito yo:

Veremos qué dicen.

Este es el resumen tristón de mi semana en el camino para vivir del cuento. No siempre habrá que avanzar. A veces, lo correcto es retroceder, coger perspectiva, hinchar los pulmones y volver a la carga.

Pero para que no os quedéis con mal sabor de boca, os cuento mi último experimento modelo nadie al volante.

🤑 #BuildInPublic — Venderse caro

Os hablaba de deshacerse de cosas. Pero eso no da para comer. Así que algo tendré que hacer.

Mi plan es simple. Vender mi tiempo al mejor postor. Y ya está. Levantar el teléfono, tirar de contactos y a ver quién me da trabajo a horas apretando teclas. Y mientras, con lo que me sobre de día hacer mis mierdas para tener de qué hablaros aquí.

Pero, por si suena la flauta, sería genial tener algo com aquel tipo de Designjoy que os contaba la semana pasada levantándose $5000/mes por cliente.

El tío al final básicamente estafa a los clientes a $1100/hora de media.

Pero, ¿y qué? Le funciona. Así que ¿por qué no probarlo?.

Y cuando digo probarlo me refiero a hacer una web a medias con IA que no he promocionado en ningún sitio:

¿Mola, eh? No sé si quedará en nada, pero sería un puntazo si alguien pagara.

Si no, que sería lo normal, pues plan A, que como decía es buscar a alguien al que le interese lo que sé hacer, negociar el precio/hora más alto que dé, y dejar de ser pobre de solemnidad aún que sea durante los escasos meses que le quedan a este sector de vida.

Aprovecho para anuncio:

Y no es coña, ¿eh? Que sólo me leéis 19, pero from lost to the river.

🪓 Herramientas — Cajón de sastre

Hoy os presento un puñado de cosas inconexas que me han llamado la atención últimamente.

Primero, una de las que es útil tener en los marcadores. Cada dos por tres necesitamos quitarle el fondo a una foto, y lo de recortar a mano píxel a píxel evidentemente ya está más que muerto. Ahora se hace con IA, lo hace Adobe y, bueno, lo hace to cristo, pero se empeñan en cobrarte o, al menos, que hagas log-in en su pozo de email marketing y perdición. Por eso me ha llamado la atención esta herramienta online que te deja quitar el fondo a imágenes hasta 2 megapíxeles (vamos, aprox 1920×1080) sin hacer login. Y las mas grandes, o por API, pagando a dos céntimos la foto.

Cambiando de tema, ahora con las elecciones me ha dado por leer más prensa de la habitual. Así que siguiendo este tema, para los que os guste leer el periódico online pero os da por saco que los usureros de los periodistas cobren (¡inaceptable!), esta extensión de Chrome open-source se salta la mayoría de los paywalls.

La tercera, para los que lo estéis petando y tengáis una LLC o similar en USA, me he topado con Mercury, un pseudo-banco online americano especializado en startups que no te pide residencia o dirección fiscal allí. Empresa americana sí, pero les da igual si vives en la conchinchina. Me la he guardado más que nada por hacerme ilusiones, porque lo que ofrecen mola. Pero a mi anteriormente descrita pobreza me remito.

🧐 Reflexión y outro

Las inercias son malas. Errores en piloto automático. Cinco años en una empresa que me ha hecho perder literalmente decenas de miles de euros en potenciales salarios de mercado, por inercia, es un error. Cinco años de intentos a medio gas de vivir del cuento resultando en cuatro duros y veinte úlceras, por inercia, es un error. Cinco años de maltratar a clientes de paciencia infinita por una falta de atención enquistada, por inercia, es un error.

Mi briconsejo de jardinería de hoy, rechaza la inercia. Coge el sunken cost y pégale un tiro detrás del granero. Quema los barcos y hazte profesor de matemáticas. O freelancer. O envía el currículum a una cárnica.

Pero lo que hagas, que no sea por inercia. Que no sea por miedo.

Hasta aquí la newsletter de hoy, a la que voy a tener que pleantearme cambiar el título para llamarla a llorar, a la llorería. Os prometo que la próxima será menos catastrofista.

O no.

Nos leemos pronto.

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