- Vivir del cuento y no morir en el intento
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Contenido cuestionable, cuenta contable, coste colateral
Buenos miércoles. Esta sí, que la anterior con la emoción de los GIFs se me pasó celebrar que ya es día de newsletter y por tanto de jolgorio y celebración.
Hoy traigo calentito del horno material vario y disperso para alegrarte el momento del bocadillo con contenido top shelf. En concreto, hablaremos de la creator economy en versión cristales empañados de un Ford Fiesta. También de ser más eficiente en la línea de comandos, y como siempre de mis avances en el vivir del cuento.
Y sí. También sobre mi impresora nueva 🖨️.
Vamos a ello.
Vamos a hablar de marranás 💦
La creator economy. Dícese de la nueva economía en la que los nuevos actores principales son los creadores de contenido. En un mundo ha sido inundado de productos baratos y desechables. Lo material es passé. Ahora manda lo legible. Lo visualizable. Lo escuchable.
Hasta lo pajeable y todo, oiga. 🍆.
La suciedad está en tu mente
Leyendo la semana pasada la newsletter de Simón Muñoz nos apuntaba al caso de OnlyFans, el Substack que sustituye letras por culos. En el ejercicio fiscal de 2022 ha repartido unos 4.500.000.000 dólares a sus creadores (siendo específico, mayormente creadoras. Alrededor del 70-90% según varios análisis).
Eso son muchos ceros. Y muchos culos, sí. Ah, y su dueño se ha adjudicado un modesto dividendo de $338 millones pa la saca.
Parecería que la cosa va como un tiro, ¿no? Pues Simón nos hace un cálculo rápido. Hay casi 3,2 millones de creadores en OnlyFans. Si repartimos, sale a menos de $120/mes por creador.
No está mal. Pero no da para vivir. Estás vendiendo tu imagen, para siempre, irreversiblemente, en un contexto del que te puedes arrepentir en el futuro, por cuatro duros. No voy a venir yo ahora de moralista ni a estigmatizar ningún estilo de vida. Pero quedar plastificado indeleblemente en internet restregándote una lubina a la sal en el entretete, o lo que sea que hagas, por el equivalente a tres o cuatro horas de freelancing en Fiverr me resulta… desaconsejable.
Y la realidad es todavía peor. El artículo citado en la newsletter, The economics of OnlyFans, lo pinta crudo: El top 10% se está llevando el 73% de toda la pasta. Repito: hay unas 300k personas que se están llevando de media $850/mes por exhibirse online. Una media de por si extremadamente engañosa ya que sabemos que las cuentas más top tienen ingresos de $100k e incluso $1M al mes. Y los demás casi tres millones de creadores promedian menos de $35/mes.
En la newsletter de Simón, que os recomiendo, nos lleva por el camino de entender lo que todo esto significa para las startups que operan en la creator economy. No los creadores, sino los cientos de servicios que han surgido como setas a su alrededor, sean plataformas de newsletters, herramientas de edición de video, wrappers sobre GPT-3.5 asistentes a la redacción y similares.
Hay muchos usuarios, pero la mayoría no ganan nada. Y por tanto, a la larga, tampoco pagarán.
Sin embargo el punto de vista que más me interesa a mi es el que concierne a la psicología del creador.
La que se baja las bragas, enciende la webcam y le da a upload no está pensando en los tres millones de compis de curro que no llegan a sacar quinientos pavos al año.
Ni siquiera a la privilegiada quinta parte a la que les da para el alquiler.
Está pensando en esa chica que salió en un vídeo de youtube que está sacándose millón y medio a la semana, tiene un garaje lleno de Lambos y un dispensador de 14 cereales en su mansión de Beverly Hills.
Pero la realidad es que esta persona se enfrenta a una probabilidad de menos del 0,0003% de llegar al top 1%.
Y es exactamente lo mismo cuando la señora en lugar de encender el Satisfyer enciende el Macbook Air y se pone a escribir una newsletter. O a preparar un curso. O a hablar de ingeniería aerospacial el su canal de Youtube. Se flipan. Todos nos flipamos. Vemos a los gurús vendiendo cursos y sacándose $120k en cuatro días. Membresías generando miles de euros al día. Indie hackers embolsillándose cientos de miles de euros al mes.
Ellos son el top 1%. Tú no. Y probablemente no lo serás nunca. Por tanto, si te vas a dedicar a esto del contenido, sé inteligente. No te lo juegues todo a que el propio contenido te sacará de pobre. En su lugar:
Sé sinérgico. Si ofreces servicios, que tu contenido lleve a los consumidores a éste. Crea audiencia per sobre todo crea un funnel.
Busca tu mercado. Tu nicho. Si eres uno más en el mundillo de las finanzas personales, probablemente te ahogarás. Pero si tal vez atacas, qué se yo, sólo a la inversión inmobiliaria, habrá algún hueco que rellenar.
Sé constante. No llegarás al 1%. Pero tal vez sí al top 50%. O 30%. O incluso 10%. Si te metes, que sea para ir en serio.
Yo hago contenido. Ahora mismo, sin seguir ninguno de estos consejos. Y en consecuencia estoy en el bottom 1% porque no gano absolutamente nada y no hago más que perder tiempo.
Voy a intentar corregirlo. Pero no os preocupéis. Esta newsletter la dejo clasificada como hobby. Qué remedio.
💾 La línea de comandos. Que no del Commandos.
Los frikis somos de CLI. De blanco sobre negro. Verde sobre negro si eres ya muy freak.
La semana pasada os comentaba lo de que fig.io lo había comprado Amazon. Y lo borré rápidamente.
Lo echo de menos un poco. A ver, yo no es que fuera power user del asunto pero el autocompletado con drop-down era cómodo.
Está gustoso el asunto
Me gustaba especialmente por el discoverability. Poder buscar las opciones y tal. Ahora con zsh le doy a tab y me sale un churro de opciones, que viene a ser el mismo, pero en incómodo.
No he buscado alternativa, pero pensando qué hacer me acordé de que hace ya más de cuatro meses me dieron acceso a Github Copilot CLI, que es el Copilot normal pero en la terminal.
Así que decidí darle un garbeo. Y wow socio. Not bad. Te pongo algunos ejemplos.
Lo primero que probé fue uno típico. Bájate esta URL, me sacas todos los enlaces los ordenas alfabéticamente. Con el comando ??
hacemos preguntas genéricas.
No está mal, ¿eh? Vamos a probar otro. Sácame todos los usuarios que han contribuido a este repo de git
y cuántos commits ha hecho cada uno. Usamos el comando git?
para preguntar específicamente cosas de esta herramienta.
¡Molongo! No me hará falta para todos los días, pero estoy empezando a ver que esos días en los que se te complica un sed una cosa así puede resultar muy útil. Vamos, igual de útil que preguntárselo a ChatGPT, pero sin salir de la terminal.
Si os gusta y todavía no lo habéis hecho meteos en el waitlist. Eso sí, hay que pagar los 10€/mes de Copilot. Pero bueno, yo los pago bien contento.
🛠️ #BuildInPublic
Para no desentonar os comento lo cerca que estoy de vivir del cuento.
Estoy muy lejos.
Pero bueno, hay algún avance, a nivel conceptual-psicológico. A nivel cuenta bancaria no. Menos da una piedra, supongo.
🧑🎓 Courses.so — Como pollo sin cabeza
Comenté que íbamos a externalizar el desarrollo. El señor aquel con covid y sus secuaces por fin se presentaron y empezaron a soltar palabrejas.
Buyer persona. Target user. User interviews. Figma. Product strategy. Sprints. Non-disclosure. Tres-cuatro horas pa montar un puto Sentry.
Equipo multidisciplinar.
Bueno, esta última no, pero yo la olí en el ambiente en cualquier caso. Casi sucumbo a los cantos de sirena. Mi boca llegó a pronunciar aquello de igual mejor ni desarrolléis, meteos de lleno en eso de entrevistar gente y pensar cosas.
Por suerte a media call ya se me había pasado y era evidente en mi mente (y la de mi socio) que lo que nosotros necesitábamos era alguien que picara piedra, no que inventase picos.
El caso es que mientras hablábamos de lo poco que nos convencían estos nos pusimos a hacer cosas y resolvimos la mitad del backlog, así que no sé esto en qué punto nos deja. Habrá que darle una vuelta.
🏦 Banco.surf — Planteando la jugada
Dicen que lo suyo es no empezar desarrollando el producto, sino haciendo la landing. Yo he ido más allá. He empezado redactando el email que enviaré cuando estén todos los cambios que estoy planteando, que son básicamente:
Montar Banco.surf Sync, que ya comenté la otra semana
Integrar algo como Paddle o LemonSqueezy porque hay gente que me está pidiendo facturas y hacerlas a mano facturas con IVA intracomunitarias es un coñazo soberano.
Meter notificaciones por todas partes. Otro para ahorrarme gestión, ya que a la gente se le caducan las conexiones, les fallan cosas, y preguntan. Pues nada, toma email cada vez que pete algo.
Subir el precio. Básicamente, estoy cerca de pasarme del free tier del proveedor y de que esta chorrada me cueste ~150€/mes. Y de eso nada. Así que habrá que ver quién paga la fiesta. Me estoy planteando que sea una suscripción también.
Y finalmente, meter un sistema de afiliados. A ver si los clientes actuales ayudan a que se conozca el asunto.
Así que ahora me falta hacer las cosas que dice el email y entonces enviarlo. ¡Chupao!
🎲 Otras cositas — Planteando proponerme pescar posibles proyectos pretéritos para procrastinar principalmente
Viendo qué haré cuando courses.so esté más encaminado y banco.surf esté actualizado. Pero con muchas pes porque sí. Fucking sue me, bitch.
Traducido, creo que va a ser repescar alguno de los proyectos que pensé durante 2022 que no llegaron a nada.
No voy a ser tan imbécil de hacer otro 12 meses 12 proyectos como hice en 2022, que acabó en 8 planteados, de los cuales sólo 4 lanzados. Entre otras cosas porque estamos a septiembre y sería raro. Pero bueno, que si lo hago lo haré retrospectivamente. Así puedo decir que era 6 proyectos, o 7 y medio, o lo que me parezca para que cuadre. Que será 1 o 2 siendo realistas.
🖨️ Querer salir barato. Acabar a 0,75€/foto
En el off-topic de hoy vamos a hablar de impresoras. Y a hacer números. Números que no hice antes de adquirir mi impresora. Los he hecho después, intentando justificarme lo que compré. Me ha salido mal.
Pero volvamos atrás. A la razón del asunto:
Yo quiero imprimir fotos.
La fotos en digital son prácticamente… no-fotos. Porque una foto no es una imagen. A ver, sí. Pero es también un recuerdo. Y las memorias para que sean útiles necesitan ser recordadas.
Y no, yo las doscientas mil fotos que tengo en discos duros varios, muchas de ellas condenadas a desaparecer en la podredumbre generalizada de la tecnología, no las recuerdo. Cuando voy a casa de mis padres siempre me sorprendo hojeando álbumes antiguos. Esas fotos de gentes extrañas, que somos nosotros y nuestros seres queridos pero transportados a un tiempo que ya no existe.
Hay algo mágico en todo esto. Y esta magia no la captura el scroll del carrete del móvil.
Así que igual que el fotógrafo nostálgico comprando réflexes i gastándose la pasta en desechables Kodak yo busco lo físico. Imprimir las fotos.
La solución comercial más habitual es el Zink y similares. Papel especial térmico, 70 a 100€ la impresora y unos 60 a 70 céntimos cada papel. Si nos venimos muy arriba y decidimos imprimir 500 fotos, nos sale el pastel completo a por unos 80 céntimos la foto. Ah, y son de 2 x 3 pulgadas normalmente. 7,6 x 5 cm para los amigos.
Son pequeñitas.
La alternativa 10×15, tamaño foto boomer, sí es de tinta normal pero en cómodos packs de papel + cartucho. La máquina te sale por unos 150€ con 90 papeles, y luego cada 80 fotos pagas unos 32€. Las 500 fotos que decía antes te costarían unos 310€. A 62 céntimos la foto. 40 céntimos/foto el marginal, una vez amortizada la máquina.
Esta no era mala opción. Pero yo he elegí otra. Un poco más loca.
El papel 10×15 fotográfico, satinado, de 240g/m² para impresora de inyección lo puedes encontrar por unos 9€ el paquete de 100. 9 céntimos la foto.
Hay 53 céntimos por foto de margen hasta el siguiente competidor. ¿Puedo meter en ese margen, en esos 253€ de ahorro, una tecnología distinta que me haga salir ganando?
Pues resulta que sí. Las impresoras de fotos de toda la vida. Una Epson XP-8700 es una impresora injket con tinta Claria, que va de lujo y además está diseñada para durar más de 300 años. La tinta, no la impresora. Son 160€ y por 30€ más tienes un pack de cartuchos compatibles que te sacan hasta 860 páginas a color. Eso son un buen puñado de fotos 10×15. 47 céntimos la foto en total 🎉.
Entonces, ¿he hecho eso yo?
Pues no. Yo como manirroto de manual me he gastado cuatro o cinco veces eso y he acabado con un mastodonte que me permite imprimir folios A3+ de hasta 42 × 200 cm. Putos banners.
Y la fotito de 10×15 me va salir por 75 céntimos al final del camino.
Mi único consuelo va a estar en el largo término. El marginal una vez amortice la máquina respecto a las otras alternativas. Entonces la foto 10×15 me saldrá a 13 céntimos, papel + tinta original.
Así que ahora toca imprimir muchas fotos.
La moraleja del tema este es fácil. Haz los números antes.
👋 Y hasta aquí puedo leer
Espero que hayáis disfrutado de mi charla TED sobre impresoras que no interesan a nadie, y también con las aventuras en la terminal, en vivir del cuento y en aprovechar una sección sobre creación de contenido para meter seis o siete marranadas.
Hoy ha sido newsletter de las largas, pero de las que se paren del tirón y sin esfuerzo como churumbel escuálido, lo que es buena señal. Señal de que me sigue apeteciendo, aún que me hagáis perder dinero, panda de chupópteros de la prosa.
Ya os sacaré los duros por algún lado…
Nos leemos pronto.
PS: No se me hagan de rogar. Ya lo dije hace unas semanas, y ni caso, ¿eh?
Recomendad la newsletter. Ya se que la de la semana pasada era un poco cringe y no da ganas. Pero la única forma de que la calidad no baje es meter a desconocidos y que me dé vergüenza pasarme de frenada.
Así que ya sabéis.
Enviadla a vuestros colegas. Compis del cole. Jefes. Camellos. Crushes del insti que ahora están en la Alcalá-Meco. Alineadores de chakras. Al presidente Sánchez.
Que a mi lo que me hace falta es ver que crece el numerito, lo demás me da igual.