Qué pasa figuras. Cómo va ese miércoles. Dimecres pa’ los amigos. Dies Mercurii pa los latinos. Los del gladius y el pilum, no los de los totopos y el ceviche.

Los de Lacio, para que me entiendas. Lazio para los de allá. Ahora. Antes Latium.

Vamos, los putos romanos.

El caso que buenos miércoles.

Es que mira que os gusta complicarlo todo. Yo aquí cincuenta semanas dale que te pego, que si ordenadores, que si followers, que si pobreza energética. Y vosotros erre que erre con los totopos.

Puta vida los totopos, ¿no? Qué obsesión tenéis.

O igual me lo estoy imaginando yo. Llámame loco.

A ver que imaginándomelo yo seguro que estoy. Porque esto es todo producto de mi imaginación.

O de la imaginación de otro. Ahí es nada.

Nada.

Nada es real. Todo es virtual. La simulación. El simulacro. El símbolo. La simbiótica.

Simbiosis. Sinergia.

Equipo multidisciplinar.

Ergo totopos.

¿Qué mierdas es un totopo? ¿Una mierda de licántropo?

No. Esto. Es esto. La Superinteligencia me dice que es esto.

Y dada esta coyuntura, encontrándonos en este punto de no retorno, este exabrupto del espacio tiempo, veo mi mano forzada por El Creador y me precipito hacia la conclusión inexorable respecto a lo que ahora hubiera o hubiese de acontecer.

Vamos a celebrar. El 50 cumpleaños de Vivir del cuento y no morir en el intento.

Dentro vídeo.

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Hoy no hay contenido. Hoy no hay nada.

Hay IA. Pero no me apetece hablar de IA. Me apetece bien poco hablar de eso.

Me apetece poco hablar de lo de siempre.

Me apetece poco hablar.

Me apetece poco. Todo. Y esta newsletter, más

Hablar de negocietes quieras que no se hace pesado. Para vosotros, y para mi. Porque no suelen ir a ningún lado. Y además el comentarlo no es productivo porque no me compráis mis mierdas, ni las vais a comprar nunca.

Aquí somos colegas. No clientes y proveedores.

Vaya, que no sois mi público objetivo. El teórico.

La gente escribe sobre cosas para vender cosas. Yo hago newsletters sobre cosas para escribir. Simplemente para obligarme a escribir.

Pero para escribir no hace falta que hayan cosas. Hace falta poner letras una detrás de otra. No hace falta un horario. Hacen falta ganas.

No tengo ganas ahora.

Así que celebremos las 50 newsletters sudando soberanamente de la temática teórica.

Cerrando un ciclo. Mirando hacia delante.

Vamos a celebrarlo, como decía antes, con mierdas de IA. Pero ninguna útil.

Este será el contenido de hoy.

Mierdas inútiles. Imágenes evocadoras. Hoy la newsletter es una newsgalería de desvaríos.

Fin

50 newsletters.

Una pausa, entre las 30 y la 31.

Toca otra pausa entre la 60 y la 61. Pero los 40 son los nuevos 30.

Sumo, resto, me llevo una y tiro porque me toca.

De puente y tiro porque me lleva la corriente.

Pero el río está seco y los peces agonizan en un charco de lodo pidiendo clemencia a Dios.

Y es por eso que hasta aquí hemos llegado. Otra vez.

La semana que viene no habrá newsletter. Habrá el vacío de tamaño cero que será la ausencia de esa sutil línea en tu buzón.

Toca pausa para respirar.

Nos leemos pronto. Pero aquí, no.

PS: Háblale a la pipa. La pipa es Twitter. O mejor una mesa de madera bajo luces de neón barato con una cerveza en la mano.